viernes, 11 de abril de 2014

Esos amigos, los de verdad.

Cuando somos pequeños lo único que queremos es crecer. Creemos que la vida de un adulto es más divertida y se pueden hacer más cosas, pero es totalmente lo contrario.
Cuando eres niño no tienes preocupaciones, solo juegas, duermes, comes y poco más. No piensas en los problemas porque realmente no los tienes. Todos los niños son tus amigos, no hay peleas, no hay desilusiones, tus amigos son simplemente perfectos.
Pero cuando crecemos, nos damos cuenta de lo diferente que es todo eso. Nos damos cuenta de que ahora la vida ya no es un simple juego, tenemos que estudiar o trabajar, y empezamos a tener demasiadas preocupaciones. Empieza nuestra verdadera vida.
¿Y qué pasa con los amigos? Bueno, supongo que las relaciones con la gente se empiezan a complicar demasiado con la edad. En mi adolescencia he ganado y perdido a muchos amigos, y casi todos por el mismo motivo. Ahora es muy difícil encontrar a un amigo que te complemente, con el que no choques constantemente. Hay mucha gente falsa, que aparenta ser lo que no es y luego te apuñala por la espalda mientras te sonríe.
Es muy duro perder a un amigo, te sientes un poco más solo. Un amigo es esa persona con la que compartes experiencias de la vida, risas, borracheras, buenas y malas historias, no sé, un amigo es lo más preciado que puede tener alguien en su vida.
Me he ido dando cuenta, mientras iba dejando amigos por el camino, que la gente que se queda a tu lado es la que realmente merece la pena. Que no puedes intentar retener a alguien en tu vida si lo que quiere es huir de ella. También me he dado cuenta de que hay muchas clases de amigos.
Hay amigos con los que no compartes todas tus cosas, que solo están ahí para pasar una buena tarde tomando algo. Hay amigos con los que quedas siempre, te cuentas algunos secretos, no confías en ellos plenamente, pero les necesitas a tu lado. Y luego están esos queridos amigos, los de verdad. Son aquellos que son como el hermano que nunca tuviste, esas personas a las que les cuentas absolutamente todo, esas personas que quizás no ves siempre pero que aunque no os veáis en mucho tiempo cuando os reencontráis nada a cambiado, estáis tan bien como siempre el uno con el otro. Esos son los amigos que realmente merecen la pena, los que siempre permanecerán a tu lado. Son con los que has vivido de todo, desde tu primer desengaño amoroso, hasta el día de tu primera borrachera. Yo hoy brindo por esos amigos.



-Maaaaari

No hay comentarios:

Publicar un comentario