miércoles, 9 de abril de 2014

Quizás si eras la persona correcta, pero nos conocimos en el momento equivocado.

Se me hace demasiado difícil volver a mirarte, me tienta demasiado volver a abrazarte y no dejar que te vuelvas a marchar. Sonaba demasiado bien eso de perdernos, pero simplemente, decidiste que era mejor perderme a mí. Ya no recuerdo las veces que me dije a mi misma que esto saldría mal, que en el fondo no era a mí a quien querías. Me gustaba demasiado la idea de tenerte, a mi lado.
Al principio todo era muy bonito, nos pasábamos las noches hablando y recordándonos lo mucho que nos queríamos el uno al otro. Nos peleábamos por decidir quien quería más a quien, y ya ves, acabé ganándote.
Ha pasado muy poco tiempo desde que te fuiste, y claro, todavía no me hago a la idea de que te perdí. Te perdí desde el principio, en realidad, jamás te gane. No sabes cuanto echo de menos que me saques esa sonrisa tonta de oreja a oreja con cada una de tus ridículas historias. Que vinieras cada recreo a por mí, que me dieras esos besos en la frente que nunca me habían dado.
En esta historia que duró demasiado poco para mi gusto, no todo era bueno, supongo. Pero no me importaba que discutiéramos si luego lo íbamos a arreglar con uno de esos abrazos, de esos que hace que te falte el aire. Siempre me dijiste que cierta persona no me llegaba ni a la suela de los zapatos, y mírate ahora, estás con ella y no conmigo.
Me hubiera gustado que esto que empezamos no hubiera acabado, o al menos, no tan pronto. Supongo que nunca fui lo suficientemente buena para ti, que solo fui una distracción más. No sabes lo mal que lo paso cuando me pongo a pensar en que nunca me quisiste, que solamente me utilizaste para olvidarte de ella y que, al final, decidiste que volver con ella era tu mejor opción.
No me arrepiento de nada de lo que pasó entre nosotros, me alegro de que al menos te sirviera para darte cuenta de que no podías vivir sin ella. Como te dije una vez: "Quiero que seas feliz, conmigo o sin mí", y lo mantengo en pie. Espero que aunque tú seas feliz y yo me haya quedado aquí rota y hundida, nunca te olvides de lo que una vez hice que sintieras.
¿Sabes? Aún lloro cada noche al recordar que no volverás, que te has ido para no volver. Me imaginé miles de historias juntos, momentos que se quedaron en eso, en simples historias.
Siempre quise encontrar a alguien que me tratase como tú, que me hiciera sentir grande siendo una canija. Y ya ves, cuando lo encontré decidió romperme un poco más, aunque prometió no hacerlo nunca. A veces me asombro de lo hipócritas que pueden llegar a ser algunas personas.
Pero ahora, toda esta mierda no importa. Por mucho que te llore o te recuerde no vas a volver, y quizás eso sea lo mejor para todos. Quizás si eras la persona correcta, pero nos conocimos en el momento equivocado. Que más da, nunca lo sabremos.



-Maaaaari

No hay comentarios:

Publicar un comentario